¿Qué tenían en común Albert Einstein y El Dr. José Gregorio Hernández?

José Gregorio era 15 años mayor que Albert Einstein por ello no podemos decir que eran totalmente contemporáneos aunque ambos compartieron hechos históricos relevantes para la humanidad, como por ejemplo la Primera Guerra Mundial. Aun así tenían convicciones iguales ambos opinaban que Dios era Amor, los dos eran creyentes. En el libro de José Gregorio "Elementos de Filosofía" de 1912 recogemos esta explicación de José Gregorio sobre la existencia de Dios.

"Dios existe. Hay un orden admirable en el universo entero. Este orden perfecto se encuentra en los sistemas estelares o solares y planetarios, como también en todos los fenómenos del mundo terrestre y principalmente en la constitución del hombre, del microcosmos.

En todo el universo no encontramos fuera del hombre, único ser inteligente que podemos ver, sino fuerzas y materia.

La materia y las fuerzas, estando privadas de dirección, enseña la experiencia que siempre obran desordenadamente.

Luego es indispensable una inteligencia ordenadora, bastante poderosa para haber podido crear ese orden maravilloso y el mismo universo que contemplamos. Este ser inteligente no es el hombre, ser finito y débil, incapaz de producir semejante orden.

Luego hay un ser infinitamente poderoso y sabio, creador del universo admirablemente ordenado que conocemos. Este ser lo llamamos Dios.

Luego Dios existe."

Una vez demostró Hernández que la Ciencia y la Religión eran y son compatibles, durante una polémica suscitada en la Academia Nacional de Medicina por el Dr. Razetti. La Academia solicitó por medio de una carta circular la opinión de sus miembros acerca de la teoría de la Descendencia. El Dr. Hernández, el 23 de Abril de 1905 respondió de la siguiente manera:

"Hay dos opiniones para explicar la aparición de los seres vivos en el Universo: El Creacionismo y el Evolucionismo. Yo soy creacionista. Pero opino, además que la Academia no debe adoptar ninguna hipótesis, porque enseña la Historia que el adoptar las Academias Científicas tal o cual hipótesis como principio de doctrina, lejos de favorecer, dificulta notablemente el adelantamiento de la Ciencia".

Si bien estudiamos de niños en nuestra Historia de Venezuela, la vida de los venezolanos más insignes que han nacido en esta tierra, creo y sin mala intención; se ha dejado por fuera el valor científico que representó el Dr. José Gregorio Hernández.

El Dr. Yáber agrega al respecto de la historia de la medicina lo siguiente: "Hay que Considerar en la historia de los estudios médicos en Venezuela tres fechas importantes, diremos que Lorenzo Campins y Ballester en 1763 funda la primera cátedra para la enseñanza de la medicina en la entonces Real y Pontificia Universidad de Caracas; en 1827 Vargas crea nuestra Facultad de Medicina y, en 1891 funda Hernández los estudios experimentales de forma científica.

 Lieserl Einstein

En una carta de Albert Einstein a su hija Lieserl, la hija del célebre genio, donó 1.400 cartas escritas por Einstein a la Universidad Hebrea, con la orden de no hacer público su contenido hasta dos décadas después de su muerte, lo cual ocurrió a finales de los años ochenta del pasado siglo.

Esta es una de ellas... a Lieserl Einstein. "Cuando propuse la teoría de la relatividad, muy pocos me entendieron, y lo que te revelaré ahora para que lo transmitas a la humanidad también chocará con la incomprensión y los perjuicios del mundo. Te pido aun así, que la custodies todo el tiempo que sea necesario, años, décadas, hasta que la sociedad haya avanzado lo suficiente para acoger lo que te explico a continuación. Hay una fuerza extremadamente poderosa para la que hasta ahora la ciencia no ha encontrado una explicación formal. Es una fuerza que incluye y gobierna a todas las otras, y que incluso está detrás de cualquier fenómeno que opera en el universo y aún no haya sido identificado por nosotros. Esta fuerza universal es el Amor. Cuando los científicos buscaban una teoría unificada del universo olvidaron la más invisible y poderosa de las fuerzas. El Amor es Luz, dado que ilumina a quien lo da y lo recibe. El Amor es gravedad, porque hace que unas personas se sientan atraídas por otras. El Amor es potencia, porque multiplica lo mejor que tenemos, y permite que la humanidad no se extinga en su ciego egoísmo. El amor revela y desvela. Por amor se vive y se muere. El Amor es Dios, y Dios es Amor. Esta fuerza lo explica todo y da sentido en mayúsculas a la vida. Ésta es la variable que hemos obviado durante demasiado tiempo, tal vez porque el amor nos da miedo, ya que es la única energía del universo que el ser humano no ha aprendido a manejar a su antojo. Para dar visibilidad al amor, he hecho una simple sustitución en mi ecuación más célebre. Si en lugar de E= mc2 aceptamos que la energía para sanar el mundo puede obtenerse a través del amor multiplicado por la velocidad de la luz al cuadrado, llegaremos a la conclusión de que el amor es la fuerza más poderosa que existe, porque no tiene límites. Tras el fracaso de la humanidad en el uso y control de las otras fuerzas del universo, que se han vuelto contra nosotros, es urgente que nos alimentemos de otra clase de energía. Si queremos que nuestra especie sobreviva, si nos proponemos encontrar un sentido a la vida, si queremos salvar el mundo y cada ser siente que en él habita, el Amor es la única y la última respuesta. Quizás aún no estemos preparados para fabricar una bomba de amor, un artefacto lo bastante potente para destruir todo el odio, el egoísmo y la avaricia que asolan el planeta. Sin embargo, cada individuo lleva en su interior un pequeño pero poderoso generador de amor cuya energía espera ser liberada. Cuando aprendamos a dar y recibir esta energía universal, querida Lieserl, comprobaremos que el amor todo lo vence, todo lo trasciende y todo lo puede, porque el amor es la quinta esencia de la vida. Lamento profundamente no haberte sabido expresar lo que alberga mi corazón, que ha latido silenciosamente por ti toda mi vida. Tal vez sea demasiado tarde para pedir perdón, pero como el tiempo es relativo, necesito decirte que te quiero y que gracias a ti he llegado a la última respuesta!". Tu padre: Albert Einstein"

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar