El Primer Biógrafo del Beato José Gregorio Hernández

El primer Biógrafo del Beato José Gregorio Hernández

En este año 2018 se conmemoran los 99 años del trágico fallecimiento del Dr. José Gregorio Hernández, acontecida el 29 de junio; día de solemnidad de los santos apóstoles San Pedro y San Pablo. Me gustaría traer ante ustedes en éste artículo, un testigo muy importante que participó activamente en las exequias del Venerable.

En algunas ocasiones para los biógrafos, existen personajes notables de este país que para realizar una breve reseña biográfica de su persona, es casi imposible de hacer, no solo por el contenido que se debe exponer en ella; sino porque pareciera que siempre se deja "algo" en el tintero, que no se menciona. Tal es el caso del eminente pedagogo y doctor en derecho José Manuel Núñez Ponte, hijo ilustre de esta patria.

Contemporáneo y amigo personal del Dr. José Gregorio Hernández. El Dr. José Manuel Núñez Ponte realiza la primera biografía del "Venerable" en el año de 1924.

Existe un busto del Dr. Núñez Ponte en la Plaza de La Candelaria; a pocos metros de donde reposan los restos mortales del Dr. José Gregorio Hernández, tal vez nunca se imaginaron estos personajes, que los honores y recuerdos que les rinden el pueblo venezolano, estarían ubicados tan cerca uno del otro.

Dr. José Manuel Núñez Ponte

José Manuel Núñez Ponte nace en Caracas el 5 de mayo de 1870, fue un importante educador y escritor. Estudió en el Colegio Sucre de Caracas y cursó estudios superiores de Derecho en la Universidad Central de Venezuela, culminándolos en la Universidad de Carabobo donde recibió los doctorados de Ciencias Eclesiásticas (1896) y Ciencias Políticas (noviembre de 1897). Ejerció la carrera de abogado en Valencia y luego, al trasladarse a Caracas entró de lleno al ejercicio de la docencia.

Fue profesor en varios colegios caraqueños, el San Vicente de Paúl, el Católico Alemán y el propio colegio Sucre del cual fue director durante 52 años (1900 - 1952). El nombre de Núñez Ponte está ligado a la historia de la educación venezolana, la cual hizo la actividad de su vida.

Tuvo como discípulos a Rómulo Gallegos, a monseñor Manuel A. Pacheco y a muchos otros. Fue Secretario de Monseñor Juan Bautista Castro (confesor y guía espiritual del Dr. José Gregorio Hernández).

Los temas predilectos de su pluma fueron la historia, la religión, el lenguaje y la literatura. Destaca como ejemplo las figuras de los personajes más importantes de la historia del país y suscita interés por los grandes objetivos nacionales. Exalta entre otras, las siguientes figuras: José Gregorio Hernández, Rafael María Baralt, Cecilio Acosta, José Antonio Páez y Antonio José de Sucre.

En 1930, fue el primero en organizar en Venezuela una Semana de Don Andrés Bello. Su preocupación por la formación humana se afincó en una acendrada convicción religiosa; de allí que para fortalecer la aceptación de los valores espirituales muchos de sus ensayos se dirigen a destacar la acción de santos y creyentes.

Fue autor de biografías como la del Venerable doctor José Gregorio Hernández; el arzobispo Juan Bautista Castro y de otras notables figuras cristianas. Fue director del diario La Religión de 1920 a 1925. Dirigió la revista Cultura Venezolana de 1935 a 1943, y fue autor de varias publicaciones, folletos y opúsculos.

Una de sus obras más importantes es el "Ensayo sobre la abolición de la esclavitud", laureado en el certamen promovido por el Rector de la Universidad de Valencia en 1895. Individuo de número de la Academia Venezolana de la Lengua en 1931 y Director Vitalicio de dicha Academia de 1941 hasta 1964. Fue elegido miembro correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua. Falleció en Caracas el 16 de junio de 1965.

Todos los biógrafos que han estudiado seriamente la vida de José Gregorio Hernández no han podido desligarse de la obra pionera del Dr. Núñez Ponte titulada: "Dr. José Gregorio Hernández estudio Crítico- Biográfico, por razones de espacio para este artículo solo me limitare compartir con ustedes mis apreciados lectores, su reseña final que hace el propio Dr. José Manuel Núñez Ponte de su obra:

"Venga la palabra que dé punto a esta biografía. Como maestro, la suerte de la juventud me es particularmente cara. Convencido de que el hombre se forma en acuerdo con lo que ama y admira, me ha parecido que no se debía perder, ni retardar siquiera, la oportunidad de presentar en conjunto al examen y reflexión de los jóvenes, hoy tan amagados de peligros de todo linaje y calibre, la docencia de los ilustres hechos que integran la historia de José Gregorio Hernández, y lo erigen en legítima y pura gloria nacional.

Tamañas virtudes, aquel saber que constituye un orgullo patriótico, aquella hombría, modelo de ciudadanos, su pureza e integridad de costumbres, su fe y devoción viril, su caridad y desinterés inagotables, en resumen la supereminencia espiritual de su carácter, no es un mito, ni un cuento, ni una conjetura, no un romance de tiempos remotos u olvidados: es una grande e inmensa realidad, objetiva enseñanza de nuestros propios días, consoladora y fortificante en medio del egoísmo, de la mala fe y del libertinaje que privan; son hazañas que han sucedido ante nuestros ojos, que nos pertenecen, de cuyo héroe hemos seguido los pasos, hemos sentido el hálito de su grandeza, cuando visitaba nuestra morada o discurría por nuestras calles al conjuro de la beneficencia, ejemplos frescos y vivos de un hombre todo nuestro que se alzó por cima de las pasiones sin transigir con vanos caprichos ni adularlos, que desplegó su alma en bienes, y cuyo cuerpo, en hombros de sus compañeros, y sus discípulos, atravesó nuestra ciudad triunfante y majestuoso, no al compás de himnos marciales, sino arrullados por los sollozos, las lágrimas y las bendiciones de una sociedad, de un pueblo entero.

Jóvenes: estas páginas han sido escritas principalmente para vosotros, para atraeros a la virtud y la fidelidad al deber; para excitaros a que pongáis firme la planta sobre la huella de un varón esclarecido, sapiente, piadoso y venerable, y sigáis confiados su penacho de luz; para que veáis como la bondad es lo que logra el amor, como la voluntad basta para devenir en apóstol del Bien... José Gregorio Hernández, criatura privilegiada, es símbolo de honor, de gloria, de santidad, ufana alegría no solo de su pueblo nativo, no solo de su Estado, sino unánime de Venezuela, que viene aclamándole intercesor ante Dios cada día con mas devota piedad y firmísima esperanza en su mediación. Caracas 1924".

Otra intervención destacada del Dr. José Manuel Núñez Ponte ocurrió cuando: (1) El Gremio de Obreros y Artesanos en fecha 15 de julio de 1919 celebró una reunión de la junta directiva de esa institución con el objeto de conseguir una alternativa para rendir un tributo póstumo a la memoria del doctor Hernández que contaría con la cooperación de todos los gremios de Caracas. Se nombró una comisión de cinco miembros para elaborar un proyecto de homenaje. Tres semanas después la junta directiva decidió hacer una convocatoria pública y el 12 de agosto invitó:

"... a los amantes de la virtud y el saber a concurrir con un pensamiento, lacónico y expresivo, para ser grabado en la lápida que perpetuará el amor y la gratitud del pueblo de Caracas a la memoria del Doctor José Gregorio Hernández..."

Se recibieron "ciento treinta" pensamientos y el jurado designado a tal fin seleccionó, el 16 de septiembre de ese mismo año, el ganador del concurso:

"...el jurado eligió como más adecuado al propósito de la junta el señalado con el Nº 39, y del que es autor el señor don José E. Machado..."

"Al Doctor José Gregorio Hernández.

Médico eminente y cristiano ejemplar

Por su ciencia fue sabio y por su virtud justo.

Su muerte asumió las proporciones de una desgracia nacional.

Caracas, que le ofreció el tributo de sus lágrimas,

consagra a su memoria este sencillo epitafio,

que la gratitud dicta y la justicia impone.

José E. Machado"

El texto ganador, conjuntamente con los demás pensamientos recibidos, fue publicado en un folleto que auspició la Junta Central.

Entre los actos programados, el 9 de octubre de 1919, día de la colocación del epitafio en la tumba del doctor Hernández desde muy temprano, en el templo de Las Mercedes, se celebraron misas rezadas en todos los altares, y a las ocho y media de la mañana tuvo lugar un solemne funeral con vigilia. A las cuatro y media de la tarde, en el Cementerio General de Sur , el numeroso público invitado se congregó alrededor de la tumba, fue leído el veredicto del jurado, descubrieron la lápida de mármol que tenía inscrito el epitafio ganador y se practicaron los oficios religiosos. El sobrino de José Gregorio Hernández, Benigno Hernández expresó palabras de agradecimiento en nombre de la familia, la ceremonia concluyó con el discurso del doctor José Manuel Núñez Ponte como orador de orden:

"...que la juventud venezolana se mire y se remire en este espejo purísimo, nítido cristal, de brillo y excelencia suma, que se llamó José Gregorio Hernández que imite ese modelo y se guíe por él para una conducta ajustada al honor y la verdad..."

El concepto que nos explica el Dr. José Gregorio Hernández de lo que significa "virtud"; lo expone en su libro Elementos de Filosofía así:

"Se llama virtud aquella disposición constante al cumplimiento del deber con inteligencia, amor y libertad. La virtud exige la práctica reiterada de actos buenos, porque es evidente que un solo acto bueno no engendra la virtud.".

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