Entrevista Imaginaria al Dr. José Gregorio Hernández

 

Entrevista imaginaria con el Doctor José Gregorio Hernández

Nos hemos trasladado a una las casas del doctor Hernández ubicada de Pajaritos a La Palma Nº 41, lugar donde el propio José Gregorio ha escogido para que le realizáramos la entrevista.

Para nosotros es un honor contar hoy con su presencia Doctor Hernández. Entendemos muy bien que es una persona muy ocupada así que no pretendemos quitarle mucho tiempo y con su permiso vamos a iniciar la entrevista si no tiene alguna objeción...

Busto del Dr. José Gregorio Hernández -obra de la artista: Zulay Mendoza

 -De ninguna manera proceda usted:

¿Nos gustaría saber, cómo es un día normal en la vida del Doctor Hernández?

-Bueno quisiera en primer lugar saludar a todos mis compatriotas y también aquellos que no han nacido aquí, pero han adoptado este país como suyo.

Le diré lo siguiente: Siempre he sido muy madrugador, al levantarme doy gracias a Dios por haberme permitido abrir los ojos a un nuevo día, luego tomo el rosario y saludo a la Santísima Virgen todas las mañanas, costumbre que se convirtió en un hábito en mi persona y que me fuera inculcada por mi madre desde muy niño.

Luego tomo una ducha y me dispongo a eso de las 5:45 de la mañana a ir misa en Santa Capilla, en el trayecto voy orando y pidiéndole a Dios que me ilumine para cumplir con Él y con el prójimo en ese nuevo día. Y después regreso a casa para desayunar. Allí realizo un pequeño itinerario de mis visitas médicas con el fin de hacer la mejor ruta para no perder tiempo en el camino. Guardo en mis bolsillos antes de salir, algunas golosinas y parte de mi desayuno para repartirlos a los pobres en el camino, cosa que no saben mi tía y mi hermana, de lo contrario se molestarían conmigo.

Le noto una pícara sonrisa y me dice:

-Confío en su discreción mi querido amigo.

Y le contesto; que no se preocupe Doctor Hernández, yo le guardaré el secreto.

La Pastora 1910

- Al dar las 8:00 am, me dispongo a salir para  realizar las visitas a domicilio de mis pacientes tanto a los pudientes como a los pobres, la cual finalizo a eso de las 11:45 am, entonces es cuando regreso a casa para almorzar a las 12:00 del mediodía.

Después en la tarde tengo consulta con mis pacientes menos favorecidos de 1 a 2 y 45 pm, en mi casa. Luego me dirijo a al Colegio Villegas a dar clases, ya que la Universidad desafortunadamente se encuentra cerrada en estos momentos. Permanezco allí hasta las 5:40 de la tarde más o menos, que es cuando regreso de nuevo a casa. No acostumbro salir de noche, salvo que sea un caso de suma urgencia. Tiempo que escojo para leer, orar y tocar el piano. Eso podríamos decir brevemente que es mi rutina diaria.

Dígame Doctor Hernández: ¿se considera usted una persona realizada en la vida?

-Para dar respuesta a su pregunta le diré lo siguiente; me considero una persona sumamente afortunada El Todopoderoso me ha visto con ojos de cariño dándome una vida sana y casi sin problemas físicos, pero si debo responder a su pregunta, le diré que me siento una persona completamente realizada. Creo que ello se encuentra bien definido en mi libro "Elementos de Filosofía" allí me parece haber plasmado toda mi personalidad y mis experiencias de vida; tanto con mis seres queridos, así como con mis semejantes.

Doctor, si le parece incómoda la siguiente pregunta, no la conteste y me disculpa: ¿cuál cree usted el motivo que aún no ha tenido usted una familia propia?

No tiene que pedir disculpas amigo... si acepte la entrevista es también para aclarar ciertas cosas y comentarios raros que se oyen por allí de mi persona

Tal vez usted no está en conocimiento, pero mi padre a los cuatro años de enviudar se casó en segundas nupcias con la señora María Hercilia Escalona y así llegaron nuevos miembros a mi familia. La señora Escalona, a quien quiero y la respeto mucho, trajo al mundo 6 nuevos hermanos; 4 hembras y dos varones.

Cuando muere mi padre en 1889 mi hermana María Avelina, la hija mayor de María Hercilia, tenía 11 años y la menor Hercilia del Carmen  tan solo 3 añitos. Yo como hermano mayor y con todo mi amor y en mi memoria de mi padre, me dispuse a sacar a mi familia adelante. Y así lo hice, los traje a todos a vivir en Caracas, desde Isnotú y de esta forma pude proporcionarles a todos una educación y un mejor futuro, a tal punto que uno de mis hermanos, José Benigno se graduó de médico, siendo una de las muchas alegrías que me proporcionó, el tener un hermano colega. Además debo acotar que dos sobrinos míos, hijos de mi hermana María Sofía y mi cuñado Temístocles Carvallo: Temístocles e Inocente fueron también profesionales en la medicina y tuve la suerte de ser  profesor de los tres,  en la universidad.

Con un brillo en sus ojos y una gran sonrisa me dice:

Básicamente ese fue el motivo por el cual no tuve una familia propia. Y por supuesto también mi inclinación de ser monje cartujo y así dedicar mi vida al Señor, que ha sido uno de mis grandes anhelos no realizados.

¿Guarda usted alguna nostalgia de no haber podido ingresar al mundo religioso?

Noto un cambio en su rostro que denota una gran tristeza y me dice:

-No podría mentirle... definitivamente si. Dios no me quería allí, pero como usted sabe existen muchas formas de servirle y la mía no era esa precisamente. El Señor me quiere como médico y profesor universitario y eso es lo que he hecho hasta ahora gran parte de mi vida.

**Para nosotros su presencia en Caracas nos hace suponer que tuvo problemas para poder entrar a la Orden de los Cartujos

¿Conocía usted bien su reglamento?

Sí, conocía perfectamente el Reglamento de la Orden de los Cartujos, pues hacia diez años que venía estudiándolo. Siempre ha sido mi idea retirarme del mundo.

Nos gustaría saber con más detalle su llegada al convento

¿Cuánto tiempo paso para vestir el hábito?

Al llegar al convento no vestí el hábito; hacía todos los ejercicios con el mismo traje que llevé; sólo me ponía una capa para ocultarlo cuando iba a la capilla. Así estuve un mes; después vestí como los demás.

¿Podría explicarnos Doctor Hernández como era el vestido que usaba en el convento?

El vestido consiste en el cilicio, un traje interior de lana, compuesto de una camisa y pantalón, y el hábito. El cilicio es una especie de casulla hecha con piel de cabra que baja hasta la cintura por delante y por detrás.

Esto va pegado al cuerpo y las cerdas se encajan al hacer cualquier movimiento, sobre todo al acostarse. Eso molesta en los primeros tiempos, luego uno se acostumbra. Encima del cilicio se coloca la camisa de lana y sobre el traje, el hábito.

¿Qué dimensiones tiene el convento, como era el lugar donde dormía?

-El Convento es grande. Cada uno tiene un apartamento compuesto de dos celdas y un patiecito. Una de las celdas es para el dormitorio y la otra para el estudio; el patiecito es para trabajos manuales. El moblaje es muy sencilla los libros. Los apartamentos están separados completamente, la cama es una tabla con una cobija, dos sillas y un mueble parara que no puedan sentirse unos a otros, y menos comunicarse.

¿Cómo era un día normal en ese lugar Doctor Hernández?

De las veinticuatro horas del día se destinan siete para el sueño, dos para trabajos manuales y quince para ejercicios espirituales.

¿Podría decirnos en que consistían esos trabajos manuales?

Los trabajos manuales consisten en cortar leña, aserrar madera, etcétera. Se ha calculado la cantidad de trabajo que se puede hacer en dos horas, y los que no terminan la tarea en el tiempo previsto se consideran como que no han trabajado las dos horas, sino menos.

¿Cómo era la comida?

La comida es escasa. La entran en la celda por una ventanilla y durante la comida se hacen lecturas piadosas. Los ayunos son frecuentes y un día a la semana sólo tomábamos pan y agua.

Se dice que esa zona en Italia donde usted estaba hace mucho frío durante el invierno ¿Es eso verdad?

-Durante los días de invierno el frío llega a diez grados bajo cero, pero no se permite encender fuego. Cuando más me molestaba el frío era durante los oficios de la madrugada, en la capilla, pero soporté el invierno perfectamente.

Quisiéramos saber ¿Cómo eran las relaciones con sus compañeros?

-No se permite hablar ni alzar la vista del suelo. Cuando se tiene alguna necesidad de expresar se escribe en un papel y se pone en la ventanilla en donde se coloca el alimento.

Como usted gentilmente nos ha explicado Doctor Hernández los sacrificios eran duros y fuertes ¿Cuál de ellos le costó más realizar?

-Si todo lo pude sobrellevar fácilmente, excepto el trabajo manual de dos horas, que no me fue dado cumplir por mi debilidad de fuerzas físicas.

 ¿Cuánto tiempo estuvo en la Cartuja Doctor Hernández?

-Pase allá nueve meses.

Vimos que usted intentó varias veces entregar su vida al servicio de Dios. ¿Podría resumirnos las dificultades de no poder realizar este anhelo suyo?

Si con gusto la primera en la Cartuja de Italia como lo dije antes y la causa fue que no pude soportar el trabajo físico diario, la segunda en el Seminario Metropolitano para hacerme sacerdote, pero comprendí luego de largas meditaciones y consejos de mi guía espiritual, que la vida del sacerdocio no era adonde me llamaba el Señor. Y el tercer intento fue nuevamente ir a la Cartuja. Pasando previamente por el Colegio Pío Latino Americano en Roma con la idea de profundizar allí, más la Teología y latín, para luego al salir de allí, seguir al Convento de la Cartuja en la Farneta, que está situado cerca de la ciudad de Lucca. Pero desafortunadamente enfermé y se complicó mi ingreso por esa causa. *Pero además la cosa no llega hasta allí, no podía intentar regresar nuevamente a la Cartuja, porque tendría más edad de la permitida para solicitar mi ingreso, motivo por el cual no podría ser admitido, debido a los requisitos de la orden.    *(testimonio realizado en carta a su hermano César desde Italia antes de regresar a Venezuela) 

¿A que le teme usted Doctor Hernández?

-Sintetizando un poco un pensamiento de la Santa Madre Teresa de Ávila que nos dice: "Nada te turbe, nada te espante... solo Dios basta". Sin embargo todo hombre tiene temores. Cuando niño me asustaban mucho las tormentas eléctricas con sus truenos y relámpagos, ahora solo le temo a dos cosas, una de ellas es la ignorancia. Trato en la medida de mis posibilidades de estar al día con los más recientes avances científicos, especialmente en el área de la medicina. Mi otro temor es la proliferación de las prácticas supersticiosas. Se puede observar que existen personas que hacen prácticas y ritos fuera de todo fundamento cristiano, aludiendo en ellas milagros y curaciones que no son de Dios... pero si lo hace el maligno enemigo desafortunadamente. Sin embargo ruego al Señor todos los días para que los perdone y tomen conciencia para seguir el camino correcto de la salvación de su alma y acepten a la única Iglesia Verdadera fundada por Dios que es la Iglesia Católica.   Hace años y estando yo joven  ejerciendo la medicina rural, le contaba en una carta a mi amigo el Dr. Santos Dominici los problemas que tenía, a causa de las supersticiones, para ejercer la medicina en Isnotú mi tierra natal, en ella le expuse lo que me ocurría más o menos con estas palabras: 

(Segmento de carta realizada por el Doctor Hernández el 18 Septiembre de 1888 fuente familia Lafee Dominici)

¿Cómo han sido sus las relaciones con el Doctor Luis Razetti?

-La verdad es que se ha especulado mucho sobre estas relaciones. El Doctor Luis Razetti me ha honrado con su amistad. El y yo hemos navegado por filosofías diferentes, el como Evolucionista y yo como Creacionista pero nunca hemos tenido ningún problema, todo lo contrario lo aprecio como colega y amigo. Mi libro que acabo de terminar "Elementos de Filosofía" con mucho afecto se lo he dedicado al Dr. Luis Razetti. En fin el defiende el postulado Evolucionista y yo el Creacionista... yo lo manifesté así con estas palabras cuando tocamos esos puntos en la Academia Nacional de Medicina.

<<Hay dos opiniones para explicar la aparición de los seres vivos en el Universo: El Creacionismo y el Evolucionismo. Yo soy creacionista. Pero opino, además que la Academia no debe adoptar ninguna hipótesis, porque enseña la Historia que el adoptar las Academias Científicas tal o cual hipótesis como principio de doctrina, lejos de favorecer, dificulta notablemente el adelantamiento de la Ciencia.>>

¿Y con el Bachiller Rafael Rangel?

Percibo de nuevo ese rostro serio y triste que dice más que mil palabras.

-Por el bachiller Rangel, le diré que le tuve un gran cariño y aprecio desde que llegó de los Andes. Lo conocí de niño cuando acompañaba a mi padre a buscar tabaco a la hacienda de su padre, ellos cultivaban ese producto y nosotras lo vendíamos en nuestra bodega de Isnotú.

Un hecho muy lamentable fue su muerte, algo que me toco muy íntimamente pero no solo a mí, también a sus familiares y las personas que lo apreciaban, así como a todo el personal universitario que ha llorado esta dolorosa pérdida. Fue uno de los preparadores más brillante, que ha pasado por mis manos. El Dr. Santos Aníbal Dominici y yo, lo habíamos recomendado con el ministro para que se le otorgara una beca y pudiera continuar sus estudios en Europa, pero desafortunadamente esto no fue posible. Es de hacer notar que el Bachiller Rangel sufría de depresiones frecuentemente; pero si le puedo decir que en varias ocasiones trate de animarlo para que saliera de ellas.

En el instante de recibir la noticia de su muerte, dije en voz alta: ¿pero está loco? Desafortunadamente algunas personas han interpretado esta exclamación mía de dolor, dándole una connotación distinta y diferente. El bachiller Rangel fue una persona sumamente inteligente y merece en este caso aclarar que todos somos humanos y podemos cometer errores. Y por supuesto él no fue la excepción.

Rafael Rangel fue un hombre que tuvo muchas dificultades; entre ellas problemas económicos que le impidieron obtener aquel anhelado título universitario. Ante tamaño revés no se amilanó. Sabiendo acertadamente que la perseverancia conduce al éxito y siguió en el campo de la investigación científica.

Años antes, siendo yo el director del laboratorio, no dudé en incorporarlo al conocimiento y experiencia de las labores científicas en las cuales Rangel se destacaría y pude observar en él, su entrega apasionada. El desempeño que obtuvo como preparador en las cátedras dirigidas por mí, le permitió conocer las técnicas de la parasitología microscópica, la coloración de microorganismos, la elaboración de medios de cultivo y la inoculación de gérmenes patógenos en animales de laboratorio. No me queda más que decir que el tiempo ha sido testigo, de la pérdida irreparable y lo que ha significado para la ciencia su fallecimiento. En su funeral supo ganarse con creces  los elogios y honores  por su excelente conducta en vida.   

¿La gente dice Doctor Hernández que usted tiene fama de santo; se considera usted un Santo?

-Todos los hombres están llamados a la santidad... pero no me considero un santo, creo que me faltan muchos méritos para serlo. Sin embargo me he limitado siempre a cumplir con mi deber, así como también los mandamientos de la ley de Dios... Te diré algo que quiero traer a colación por la pregunta que me haces; ayer en la tarde una señora me dijo: -admiro su espíritu de sacrificio y desprendimiento-. Y le respondí:

Es muy poco lo que hago, - y aprovecho esta entrevista para recomendarles a todos los que nos leen por este medio de comunicación - Todos lo puede hacer tan bien como yo lo hago. Dios es igual para todos. Hay que responderle con generosidad. Cuando uno se acerca a Él, Él también se arrima a uno. De ese modo las cruces y afanes de la vida se convierten en medios de santificación.

¿Que libros recomendaría Doctor Hernández a sus amigos y al publico en general?

-Tengo dos libros en mi mesa de noche, los cuales mantengo siempre muy cerca de mí. Ellos son el Kempis (Imitación de Cristo) y la Vida de Santa Teresa de Ávila, ambos me ayudan por las noches en mis meditaciones.

 ¿Qué opina usted que el presidente Juan Vicente Gómez haya cerrado la universidad indefinidamente?

La frente se le arruga y su mirada se hace intensa sobre mí diciendo:

Es una injusticia enorme, hasta una crueldad. A muchísimos jóvenes de familias de escasos recursos los inutilizan para la carrera y es difícil que puedan salir airosos con cualquier otro oficio, es lamentable que muchas familias puedan verse al borde de la miseria debido a esa medida.

Me han dicho que domina usted muy bien el piano y otros instrumentos musicales, además que posee dotes de un buen bailarín ¿es cierto esto?

-Me gusta mucho la música y el arte en general. Toco un poco el piano, el violín y la flauta pero como aficionado. Desde joven me gustó el baile y lo domino bastante bien. El canto gregoriano y sobre todo la música sacra la aprecio con gran gusto.

¿Qué compositor musical le gusta?

-Bueno existen muchos como los clásicos Bach, Beethoven y Strauss entre otros... pero actualmente me gusta un compositor norteamericano y más contemporáneo que se llama Louis Moreau Gottschalk. De él toco algunas de sus piezas como: "Ojos Criollos" para piano OP. 31, así como también "Souvenir de Puerto Rico" (Ultima esperanza) Marche des Gibaros, para piano, OP.31.

En algunas ocasiones me acompañaba en el piano a cuatro manos Inés, la hija menor del la familia Dominici cuando los visitaba los fines de semana. También interpreto por supuesto música de compositores venezolanos como los de mi amigo y director de la Banda Marcial de Caracas el maestro Don Pedro Elías Gutiérrez, o de la extraordinaria pianista Doña Teresa Carreño; "Mi Teresita", otros que me gustan y los interpreto modestamente son valses de Don Ramón Delgado Palacios como; "La dulzura de tu rostro" y de Don Salvador N. Llamozas; como "Nocturno Tropical".

Nos hemos enterado que le gusta la pintura y que ha incursionado en ella ¿qué nos puede decir al respecto?

-He pintado muy poco en realidad, pero pinté dos cuadros al óleo que los conserva mi hermano Cesar en su casa, nada del otro mundo artísticamente hablando, pero a mi me gusta apartando la modestia... Se sonríe y de igual forma lo veo y me sonrío con él y agrega: fue un Sagrado Corazón de Jesús y El Corazón Inmaculado de la Virgen María. 

¿Cuál es su comida favorita tiene usted alguna dieta?

Suelta una carcajada y me dice:

-Soy muy criollo en el comer, me gustan las hallacas, las arepas, las cachapas, los hervidos de gallina, el pabellón, los dulces en almíbar, como los de higo, durazno y lechosa; también los jugos, especialmente el de guanábana, el café con leche en las mañanas, la chicha sea andina o caraqueña las dos las disfruto por igual. A pesar de mi variedad el gusto, no soy amigo del exceso por lo tanto soy comedido en el comer.

¿Qué opinión tiene usted de las circunstancias que rodearon el accidente en que perdió usted la vida?

Usted lo ha dicho muy bien fue un accidente, y mi familia ha interpretado según mi pensamiento al respecto y lo ha manifestado ante el tribunal que lleva la causa de este lamentable suceso... consiga usted una copia de esa carta y colóquela en esta entrevista y le estaré altamente agradecido.

Con gusto la anexo en esta entrevista Dr.

La misma dice así:

Ciudadano

Juez de 1ª Instancia en lo Criminal del Distrito Federal

Presente

Los suscritos Dr. José Benigno Hernández y César Hernández, vecinos de Caracas en nuestro nombre y en el de toda la familia del malogrado Dr. José Gregorio Hernández venimos a expresar a Ud. en la presente exposición lo mismo que verbalmente comunicó a Ud. el primero de los suscritos, acerca del proceso que se sigue en el Tribunal que Ud. dignamente regenta, a Fernando Bustamante, conductor del vehículo que desgraciadamente produjo la muerte de nuestro inolvidable hermano.

Queremos hacer constar que la familia Hernández no ha pedido ni pide que se castigue a Bustamante, y así ninguno de nosotros se ha constituido en acusador en el proceso, porque estamos convencidos de que el infausto y nunca bien lamentado suceso en que pereció el Dr. José Gregorio Hernández fue debido a un accidente imprevisto, sin intención delictuosa alguna del expresado Bustamante, ni culpa suya.

Dios en sus altos designios dispuso sin duda que el Dr. Hernández falleciera del trágico e inesperado modo en que sucedió su muerte, y nosotros nos conformamos con su soberana voluntad.

Creemos cumplir en deber de conciencia haciendo a Ud. esta manifestación y tenemos la convicción de que el Dr. José Gregorio Hernández, desde la morada de los justos en que esperamos se encuentre su alma, aprobará nuestra conducta.

Caracas 1° de agosto de 1.919

///// . /////

Doctor hemos llegado por ahora al final de la entrevista. ¿Le gustaría agregar algo más a ella?

Sí tengo una gran curiosidad si me lo permite usted hacerles una pregunta a los lectores.

Claro Doctor diga Usted.

-¿Qué pasó con la Señora que estaba enferma, a la que le llevaba la medicina cuando me atropelló el automóvil...llegó atenderla algunos de mis colegas o alguno de mis sobrinos? ¿Saben ustedes algo de ella?

Es una pena que la historia no registra ninguna información sobre esta pregunta que nos hace el Doctor Hernández y que se desconozca la suerte que corrió dicha enferma. Algunos biógrafos la han calificado como "anciana paupérrima". Ahora después de 100 años, estamos seguros de que él seguiría preocupado por sus pacientes y devotos en muchos lugares del planeta... y especialmente por los más necesitados.

He colocado en este artículo muchas frases reales que José Gregorio dijo o escribió en su momento y las puse como respuesta en algunas de las "preguntas formuladas". Pienso que esta forma de transmitir su pensamiento puede ser buena porque en el fondo hay un mensaje que nos ayuda a ser mejores cada día, pidámosle a nuestro querido y Venerable el Doctor José Gregorio Hernández que interceda ante Dios, para que nuestro país salga adelante de todos sus problemas y dificultades, y así todos tengamos un porvenir mejor.

Alfredo Gómez Bolívar

2019

Fuentes consultadas:

•Fermín Vélez Boza: "José Gregorio Hernández Obras Completas" OBE. 1968.

•Ernesto Hernández Briceño: "Nuestro tío José Gregorio" 1ª Edición-Tomo I y II Caracas 1958.

•Eduardo Carreño "Vida Anecdótica de Venezolanos" C.M.D.F. 1978

•Miguel F. Yáber Pérez: "José Gregorio Hernández" 5ª Reedición Ediciones Trípode. 2009

  •  •Fotos de fragmentos de cartas originales del Dr. Hernández, bajo la licencia de la familia Lafee Dominici. (Caracas- 2020)

**Nota Referencial:  Las pregunta relacionadas con su experiencia  en la Cartuja corresponden, a una entrevista real realizada y publicada en el diario "El Tiempo de Caracas", el 24 de Abril de 1909 por el Dr. Jesús Rafael Rísquez.  

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