José Gregorio Hernández "El Científico"
"José Gregorio Hernández "El Científico"
Laboratorio de la Universidad Central de Venezuela fundado por el Dr. Hernández en 1891
(Foto coloreada de la época)
El día 13 de junio de 1918 presentó a la Academia Nacional Medicina, en su sesión ordinaria número 457, su Nota preliminar acerca del tratamiento de la tuberculosis por el aceite de chaulmoogra, trabajo suyo original, fruto de sus estudios e investigaciones que le permitió ser el pionero en el descubrimiento de la droga para el tratamiento de una de las enfermedades más contagiosas y con uno de los números más alto de fallecidos en la época.
El Diario El Universal también publicó éste trabajo en su oportunidad el día 30 de junio de 1918.
José Gregorio comienza su trabajo así:
"Son muy conocidos los buenos resultados obtenidos en el tratamiento de la lepra por el aceite de Chaulmoogra.
El bacillus de la tuberculosis presenta caracteres muy semejantes al de la lepra, como es muy sabido. La experimentación es relativamente más fácil en el bacillus de la tuberculosis, por ser cultivable y porque, inoculado en los animales, produce la enfermedad.
Para ver si el aceite de chaulmoogra tenía influencia en el cultivo del microbio preparamos la gelosa glicerina adicionándole durante la preparación dicho aceite al 2 por 100. Las siembras de este medio se han manifestado siempre negativas después de dos, tres y cuatro veces.
Las siembras testigos con la glucosa glicerinada simple daban en este tiempo abundante cultivo. De donde pudimos deducir que el primer medio era hostil y mataba las semillas en él depositadas.
Hicimos una emulsión de glicerina y aceite de chaulmoogra y le añadimos una fuerte dosis de microbios, dejándolos por algunos días, y luego la inyectamos en el peritoneo de un conejillo de Indias y obtuvimos las mismas lesiones tuberculosas que se observan cuando se inyectan microbios muertos por medios habituales.
Podemos, pues, deducir que el aceite de chaulmoogra es un antiséptico poderoso para para el bacillus Koch.
Si en un conejillo de Indias tuberculoso le inyectamos un centímetro cúbico de este aceite, al cabo de algunos quince o veinte días se notan señales de mejoría en su estado general, come mejor y presenta más agilidad y viveza que el compañero también tuberculizado que sirve de testigo.
Hemos ensayado estas inyecciones en seis enfermos de tuberculosis pulmonar bien analizada bacteriológicamente.
1." Enfermo de veintiún años, con tuberculosis generalizada en ambos pulmones, hemoptoica, de mancha aguda. Una primera inyección de seis centímetros cúbicos de aceite le produjo alguna mejoría en el estado general y desaparición de la anorexia; dos inyecciones más a veinte días de intervalo le hicimos sin que se viera que la mejoría continuaba aumentando; antes por el contrario, el enfermo sucumbió algún tiempo después, a los seis meses de enfermedad."
2." Enfermo de veinticuatro años, con una caverna en el vértice del pulmón izquierdo. Inyección de cinco centímetros cúbicos seguida de disminución de la fiebre y aumento del apetito, pero por pocos días solamente, al cabo de los cuales reaparecieron 1a anorexia y la fiebre, y el enfermo no quiso ponerse otra inyección."
3." Enferma de veintiséis años; lesiones tuberculosas en el pulmón izquierdo, principalmente en el vértice, fiebre, anorexia y esputos con muchos bacillus. Primera inyección de un centímetro cúbico, otra igual a los veinte días y una tercera al mes de la anterior. Desaparición de la fiebre, gran apetito, y hoy, después de tres meses de la primera inyección, ausencia de los bacillus en los esputos, signos pulmonares abolidos estado general satisfactorio."
4." Enferma de dieciocho años; lesiones pulmonares en ambos pulmones, con una caverna en el vértice izquierda; fiebre, emanación considerable de muchos bacillus en los esputos. Una inyección de un centímetro cúbico, seguida a los pocos días de descenso de la fiebre y reaparición del apetito; pero al poco tiempo reaparición del estado de gravedad anterior."
5." Enferma de cuarenta años con tuberculosis de macha crónica, después de dos años de enfermedad con pequeñas lesiones en el vértice izquierdo, ligera elevación térmica vespertina a 37,5° o 38°, tos, anorexia y expectoración abundante con bacillus. Una inyección de dos centímetros cúbicos le hizo desaparecer la tos, le dio apetito y, después de dos meses se encuentra restablecida y sin bacillus en los esputos."
6." Enfermo de diecinueve años con lesiones principiantes del pulmón izquierdo en el vértice, tos y gran anorexia. Dos inyecciones de un centímetro cúbico cada una a un mes de intervalo; apetito restablecido, la fiebre disminuida y el estado general mejor, sin que pueda decirse que está curado."
Conclusión, Aunque esta es una comunicación preliminar, porque no hemos tenido tiempo suficiente para un estudio definitivo, podemos, sin embargo decir las conclusiones siguientes que se desprenden de nuestro trabajo:
1° El aceite de chaulmoogra mata ciertamente al bacillus de Koch.
2° Los enfermos tratados por las inyecciones de dicho aceite no han sido perjudicados en modo alguno; antes por al contrario, se ha notado en todos ellos mejoría del estado general, sobre todo aumento del apetito, desaparición o disminución de la fiebre y en algunos desaparición de los demás síntomas y de los bacillus en los esputos.
3° Las pequeñas inyecciones de uno o dos centímetros cúbicos han parecido obrar mejor que las grandes de cinco o seis centímetros cúbicos.
José G. Hernández
Caracas, junio 13 de 1918
Opiniones de este trabajo por:
El Dr. González Rincones:
<<Felicito sinceramente al Dr. José Gregorio Hernández por el acopio de datos experimentales que nos presenta y las experiencias que deja entrever la narración de sus casos clínicos, siendo más que suficientes para considerar este trabajo como muy importante...>>
El Dr. Rísquez:
<<He oído con marcado interés el trabajo del Doctor Hernández y yo le felicito por haber emprendido una obra que puede llevar a felices resultados de la experimentación...>>
Fuente:
Ernesto Hernández Briceño: "Nuestro tío José Gregorio" 1ª Edición-Tomo II pág. 1438 Caracas 1958.